jueves, 19 de mayo de 2011

Todos los perros sonríen...

...solo hay que saber qué hacer para que lo hagan.

No es tan dificil. Con un poco de esfuerzo, se puede agradar a la gente sin darse cuenta.

Si la gente estuviera acostumbrada a dar las gracias, decir "Buenos días" y esas cosas, los demás estaríamos mas contentos.

Es alucinante como te puedes volver invisible en según qué sitios estés...como que entren en el comedor de la empresa, donde estás comiendo tú solito y griten, "¡Chicas, vamos a comer que no hay nadie!" Y te quedas con cara de gilipollas paisaje mientras entran todas tu nuevas "compis" e ignorandote, ocupan todos los puestos del pequeño comedor...

Ni un "hola que tal" ni un "que aproveche"... hubiera sido más sencillo, ¿no? La verdad es que me sentí muy violento, no es que ellas me dijeran nada malo...es que no me dijeron nada de nada. Sólo discutían entre ellas por los sitios ya que unas cuantas se quedaron de pié. Cuando terminé de comer, me levanté y dije, "ahí teneis un sitio libre. ¡Pelead!". Resultó ser un comentario gracioso, ya que todas rieron y lo ocuparon... pero no hizo que me sintiera mejor.

Desde entonces, como en un banquito en la calle, al sol y tranquilo... y es que aquél día, con un simple "hola" yo habría sonreido así:


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