viernes, 4 de octubre de 2013

Errar el tiro

Después de meses sin publicar nada, por fin ha ocurrido algo digno de una sonrisa de perro.

De una sonrisa descomunal.

En el trabajo, seremos unos 40 en la oficina. No es un sitio muy grande y tenemos un pequeño baño de hombres, (la mayoría) y otro para mujeres.

Cuál fue mi sorpresa cuando mi compañero vuelve del baño con la cara verde y me dice que no ha podido pasar... la mierda del suelo se lo impedía.

Y no, no es un modo de hablar... no quiero decir que la suciedad del suelo se lo impedía. O que la mala calidad del suelo se lo impedía.

Quiero decir que la mierda que había plantada en el suelo se lo impedía.

Porque algún compañero anónimo cagó fuera del retrete y vio que eso era bueno... (debió verlo, porque allí lo dejó).

A mi éstas cosas me cabrean mucho, así que con una sonrisa, fui a comprobarlo para poder dirigirme a los jefes con conocimiento de causa... y no había duda de que el cagador erró el tiro, (aún nos preguntamos cómo), y que no hizo nada por disimularlo.

Al salir quise alzar la voz y quejarme a todos para, al menos, estar seguro de que el culpable se diera por aludido, pero había un chico esperando para una entrevista de trabajo y decidí que era mejor no hacer que saliera corriendo... imaginad la estampa, tú esperando tranquilo a que te entrevisten y sale un tipo del baño diciendo ¡que alguien se ha cagado fuera!

La chica de la limpieza ha tenido que lidiar con ello y no estaba muy contenta la verdad.

Hay quien mantiene que inevitablemente ha sido un descuido y que no puede ser que alguien lo haga de manera consciente.... y hay quien opina, como yo, que el tipo es un cerdo.

En cualquier caso, yo alucino con la gente...

Hemos hecho un cartel para que quede claro: