Es normal en todos los baños que exista cierto tufillo escondido en el ambiente.
Desde que el hombre es hombre, la mierda huele. Nadie mea colonia ni caga bombones.
Por eso ayer no me extrañó notar ese cosquilleo olfativo al entrar en los baños del curro a echar mi enésima meada, (orino más que un señor mayor).
El gestó se me torció cundo al entrar en el primer retrete vi un charquito amarillento en el suelo delante de la taza..."Guarro", pensé, y fui al segundo.
Como si de un antiguo videojuego se tratara, la siguiente fase tiene que ser peor que la anterior, y allí que me encontré con la taza meada y todo el contenido urinario en el fondo... No entiendo que alguien acabe de hacer lo que tiene que hacer y no tire de la cadena.
Entonces me dirijo al tercero, y a poco que penséis, imaginareis porque esta anécdota es digna de una Sonrisa de Perro...porque como si de un jefe final de fase se tratara, allí estaba aquello, asomando del fondo del váter entre orín y papel higiénico, mirando erecto a la luz, blanca y fría, del neón parpadeante.
Con un paso atrás sólo pude articular una palabra..."¡COÑO!"
Después de mi particular encuentro con aquel monstruo del Gólgotha dudé entre tirar yo de la cadena o bautizarlo... no tengo palabras para describir aquella gallinaza, excremento, chapuza, ñapa, bodrio, parche, apaño, retoque, remiendo, caca, deposición, porquería, suciedad, boñiga... lo que viene a ser una pedazo de mierda. (Advierto que el enlace es REALMENTE desagradable)
Opté por cerrar la puerta y usar los urinarios de la pared, cosa que realmente odio, pero que dadas las circunstancias, no podía ponerme con remilgos.
Lo que sigo sin entender es que este tipo de cosas ocurra en el baño de una oficina...joder, ni que fuera un bar, (que tampoco lo veo bien)...pero si no cuidamos de estas cosas, vamos a acabar muy mal...
Todavía me pregunto quién sería el padre de la criatura, que espero que ya esté flotando en alguna cloaca entre sus iguales.... y que la mierda haya desaparecido también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario