lunes, 16 de mayo de 2011

Eurovisión

Tras un frustrado paseo por San Isidro que se convirtió en "carrera bajo la tormenta", el sábado pasado decidimos quedarnos en casa con una mantita por encima.

El caso es que a eso de las 21:00 empezó el Festival de Eurovisión. Cuando nos dimos cuenta, habíamos visto más de la mitad de las actuaciones, y ya que estábamos, esperamos a ver la española.

Tengo que decir que la puesta en escena de la organización era realmente espectacular, digna de mención y de recordar. El escenario era increiblemente seductor y a los artistas que lo supieron aprovechar les quedó el número muy chulo.

Lo curioso es que sin el más mínimo interés en el puto puñetero festival, nos hipnotizó de tal modo que nos vimos toditas las actuaciones...(vergüenza ajena en la española, todo hay que decirlo) y ya no nos tragamos las votaciones por amor propio.

Algo tienen que roza entre el ridículo, lo hortera y lo exótico, que te sorprendes a tí mismo comentando si la canción es pegadiza, reconociendo que si en realidad el/la tipo/a tiene buena voz o si es un niñato guaperas pijo y estúpido...y es que desde que John Cobra hizo aquel generoso ofrecimiento al público, ya no llevan artistas de verdad...



En fin, algo tienen que engancha... tened cuidado el año que viene. (laaalalalaaaaa lalalaaaaaa lalalaaaaa)...

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