Últimamente me estoy encontrando demasiado con el plan de hospital-tanatorio-cementerio.
Este fin de semana no ha sido otro, desde el Viernes hasta el Lunes.
Nos hemos quedado sin la yaya de mi mujer... ha sido duro y cansado... y nos costará recuperarnos.
Pero como no podía ser de otro modo, el equilibrio ha llegado esta mañana con el nacimiento del hijo de una buena amiga, que nos ha dado un motivo, (un buen motivo), para sonreír de corazón al menos durante unos segundos.
La vida es así. Unos se van y otros llegan.
Nosotros, los que nos quedamos de momento, seguiremos adelante.
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