Pasaron muchas cosas:
Vi a mi amigo Javi, que hacía mucho que no le veía y que no hablábamos. Además, pude conocer mejor a sus compañeros de aventuras, Fran y Edu, con los que os recomiendo pasar una velada.
Luego, disfrutamos de una cena excelente en "El Mollete", que no decepcionó ni las expectativas ni los apetitos...yo sabía que Úrsula, el alma de esa pequeña cocina, no podría decepcionar... la crítica gastronómica se la dejo a ellos, que ya la publicarán con más detenimiento.
Y sobre todo pasó algo para mí muy importante.
Sabéis que últimamente no he estado pasando por mis mejores momentos. Tanto entierro le agria el carácter a cualquiera, y necesitaba un respiro. Y pude respirar "de pie o sentado" gracias a la compañía, las risas, la comida y la experiencia de compartir, enseñar, escuchar y aprender que ayer las "tres patas del banco", como ellos se autodenominan, me ofrecieron en bandeja.
Llegué a casa
Porque eso es lo que nos queda por hacer, seguir adelante porque la vida sigue. Y la verdad es que no hay mejor modo que empezar a seguirla con la actitud y la energía que recogí ayer cenando, riendo y bebiendo vino.
Desde SDP, desde mi casa (que es la vuestra) y desde mi corazón, os doy la gracias a los tres por el trampolín que anoche brindasteis a este perro cansado.
Y los demás, no dudéis en intentar conseguir una cena depieosentado. No os lo penséis ni un segundo.
Porque te dejan un gran sabor de boca...
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