Una cosa que tiene eso de trabajar en Agosto es que la oficina está prácticamente vacía.
No se oye el rumor constante de las de al lado hablando por teléfono, el parloteo de sus cotilleos ni el incesante sonido de las risitas y chismorreos.
Al igual que con la ciudad, que cuando se queda vacía es cuando se puede disfrutar realmente de ella, ahora la oficina es un lugar tranquilo lleno de paz donde sólo son unas pocas las que la perturban, pero de lejos y muy bajito.
Así da gusto.
Hasta que llega de vacaciones otra Barbie-Secretaria y se dedica a comentar su verano sin parar... :P
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