Cuando voy a bajar, me visto, me pongo a cerrar la casa y empiezo a echar algo en falta...
¿Y mi gato?
Entonces se suceden un par de imágenes en mi cabeza.
El balcón abierto.
El gato haciendo equilibrio en la barandilla.
La altura de dos pisos que hay hasta el suelo...
Y efectivamente, mi gato se había caído al jardín de la urbanización, cual GATO VOLADOR.
Bajé ya con mi mujer, histéricos los dos, (no voy a decir quien estaba más histérica que histérico), a buscarlos como locos.
Al final lo encontré, saliendo detrás de un matorral al oír su nombre, con cara de no haber roto un plato en su vida y gesto de "¿Pero ha qué viene tanto alboroto?"...
Durante los 10 minutos que he tardado en dar con él, la verdad es que lo he imaginado atropellado, perdido, con algo roto, asustado, luchando por su vida con el resto de gatos que pululan por aquí... La verdad es que he pasado un rato horrible y un miedo atroz a que se hubiera perdido para siempre...
Es increíble lo mucho que puedo querer a ese bicho puñetero, pero hacía mucho mucho tiempo que no pasaba tanto miedo.
Menos mal que él está perfecto y no le ha pasado nada...
Es más, cuando hemos subido a casa, mi mujer y yo nos hemos quedado en el sofá reponiéndonos del susto, como en estado de shock... mientras Willow rascaba la puerta para que le dejáramos salir a la calle...
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Ja,ja,ja,ja...es buenísimo...me he partido de risa...pero a la vez he pensado...hay que ver como se quiere a nuestros familiares peludos,verdad??Yo tengo un perro de un año y medio y estamos loquit@s por él...Pues nada a disfrutar de las 5 vidas de Willow!!ja,ja..qué gracioso es!
ResponderEliminar¡¡Agh!! ¡¡Qué susto!! Mucho cuidado con las ventanas y con el instinto volador de Willow, si lo ha hecho una vez seguro que intenta repetir... ¿no teneis mosquiteras o algo? Uf, es que a mí me da tanto miedo que se caigan...
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