lunes, 12 de noviembre de 2012

Todo iba bien hasta...

El otro día fui a una entrevista de trabajo.

Como si de una historia de amor se tratara, a los que me entrevistaban les encantaba mi trabajo y a mi me encantaba la empresa, los trabajos anteriores, el rollo que tenían y el puesto que ofrecían en un proyecto que me apetecía mucho.

Todo iba bien hasta que pronunciaron las palabras que se lo cargaron todo.

Hay frases que presagian los peores desenlaces imaginables. En una pareja, "tenemos que hablar" es la antesala de un problema, en una peli mala, "Volveré" suele significar que, desgraciadamente, volverá...en una entrevista, "Queremos que apuestes por el proyecto" es la que te indica que toda la magia se ha roto.

La propuesta era sencilla: trabaja gratis hasta que se lance el producto y luego te llevas un pequeñísimo porcentaje de las ventas... eso está muy bien, pero los 4 ó 5 meses de desarrollo...¿De qué vivo yo?

Afortunadamente, ahora acabo de empezar a trabajar en la empresa de un amigo, al que le estoy profundamente agradecido.

El curro es tedioso, nada creativo, monótono y aburrido.

Mi amigo me dijo, "Sé que lo que te gusta es hacer cosas en 3D y más creativas pero..."

Yo le contesté: "A mi lo que realmente me gusta es poder pagar el alquiler"...


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